La cocina tradicional es un componente esencial de la identidad cultural de las comunidades. Cocinar ayuda a la comunidad a enlazarse con sus propios saberes y con sus sabedores, permitiéndole concebir una conexión con el territorio. Dentro de la comunidad, se puede apreciar el orgullo y el sentido de pertenencia hacia la familia y la región Tolimense. Cuando los sabedores comparten sus conocimientos con otros, se evidencia la importancia que tiene para ellos comunicar su cultura y fomentar el respeto y la tradición que han sido transmitidos. La preparación y el consumo de alimentos tradicionales conectan a las personas con sus raíces y les permiten mantener vivas las costumbres y prácticas culinarias de sus antepasados.
Los experiencia permitió a la comunidad reconocer las herramientas audiovisuales como una manera eficaz de preservar y transmitir conocimientos. Recetas, técnicas culinarias y otros saberes transmitidos de generación en generación pueden ser capturados para preservar las tradiciones culturales.
La preparación de comidas tradicionales a menudo es un proceso colaborativo que involucra a múltiples generaciones y miembros de la comunidad y pasa desapercibida como una excelente estrategia de cohesión social. Cocinar juntos fomenta el dialogo, fortalece los lazos familiares y la construcción de una identidad comunitaria. Era importante que los miembros de la comunidad se sintieran escuchados y valorados, y este tipo de encuentros pueden ayudar a fomentar un ambiente de confianza y respeto mutuo. Además, compartir historias y experiencias ayuda a generar empatía y comprensión hacia los demás, y a construir lazos más fuertes de comunidad de Pilu.
Se propició la reflexión frente a la relación de la cocina ancestral con la naturaleza y el entorno. En cada proceso era importante destacar la calidad y el cuidado de los ingredientes como la panela y el maíz propio. Este mensaje de conexión con la naturaleza fomenta el respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad, ya que las son productoras de la mayoría de ingredientes.
El proyecto de la Gran Nación Pijao no solo quería grabar recetas de cocina ancestral, sino que nuestro deseo era propiciar el trabajo comunitario, recordar a los que les enseñaron, contrastar el aprendizaje y sobre todo oxigenar los procesos de compartir el pensamiento y la palabra. Pero más allá del proyecto, estaba el poder darle ese papel a las comunidades para que sean ellas mismas la que recreen dentro de sus propias dinámicas sus usos y costumbres y que estos saberes no se pierdan en el tiempo.